miércoles, 5 de septiembre de 2012

Las Siete Cañadas y la Luna Azul

El pasado 31 de Agosto tuvimos una brillante luna llena, además era la segunda vez en el mismo mes, la llamada Luna Azul. Siempre es digna de ver, y hay muchas maneras de hacerlo y disfrutar de su "magia". Una de ellas es recorrer esa noche el sendero de las Siete Cañadas. Presenta muchos atractivos, y, por lo general, quien lo recorre bajo la luz del satélite por primera vez, desea volver a repetir la experiencia. Se puede elegir el punto de partida, creo que tanto desde el Parador como desde el centro de visitantes del Portillo vale la pena la experiencia.
Imposible quedarse con una sóla imágen que resuma el trayecto.
(click sobre la imágen para ampliar)
En nuestro caso decidimos partir desde el Parador Nacional, iniciando la marcha muy cerca del pie del alto de Guajara. Comenzamos a caminar cerca de las 23:30, y pronto nos dimos cuenta que no era necesario el uso de linternas ni ninguna otra luz que no fuera la de la Luna para ver con claridad. A mi particularmente me asombró la claridad con que se podía ver lo que tenías a dos pasos, así como cualquier cono en la lejanía, y, como no, la silueta del Teide que se mantiene a la vista durante todo el camino. Las estrellas sin embargo no son tan visibles, pero no importa, esta noche la protagonista es otra, y las estrellas tendrán su momento prácticamente durante el resto de días de cada mes.

El camino fue ameno, siempre en buena compañía, disfrutando del paisaje, que parece completamente diferente a cómo se nos muestra bajo la luz del Sol. Muchas otras personas disfrutan también del camino, tanto desde el Parador, como en sentido contrario, y el "buen rollo" reina en el ambiente. Con la cámara en mano casi se quiere parar en cada curva, en cada rincón para inmortalizar el luminoso paisaje. 

La inmensidad que nos rodea nos sorprende al levantar la vista y mirar el camino que ya hemos dejado atrás.
(click sobre la imágen para ampliar)

Son cerca de 15 kilómetros que recorrimos en algo más de 5 horas, y que supieron a poco. Ahora quedan las ganas de volver a repetir pronto, quizá en alguna de las próximas lunas llenas, y por supuesto, se lo recomiendo a cualquiera que disfrute de un buen "pateo" y aún no lo haya probado.